¿Practicas la Asertividad?
Actualizado: 23 sept 2021

La Asertividad, una de mis mejores amigas desde hace tiempo. Gracias a ella podemos expresar nuestros derechos, opiniones, ideas, necesidades y sentimientos de forma consciente, clara, honesta y sincera sin herir o perjudicar a los demás, buscando siempre un beneficio en común. La Asertividad no es algo que nos hayan enseñado en la escuela y merece la pena conocerla, ejercitarla y mejorarla.
Cuando nos comunicamos de manera asertiva actuamos desde un estado interior de autoconfianza y autoafirmación en vez de hacerlo desde emociones limitantes como pueden ser la ansiedad, la culpa, la rabia o la ira.
Como seres sociales que somos, gran parte de nuestro tiempo lo invertimos en comunicarnos con los demás. A lo largo del día tenemos multitud de interacciones sociales, en casa, en el trabajo, en el súper... en las que nos es imprescindible expresarnos y poner en marcha nuestras habilidades sociales. En estas interacciones sociales podemos exhibir diferentes estilos de comunicación, estos son los estilos Pasivo, Agresivo o Asertivo.
Creo que todos surfeamos, mejor o peor, por los tres estilos, aunque también creo que tenemos tendencias ante ciertas situaciones o estilos de interlocutores, espero puedas detectar las tuyas y te sea de utilidad.
ESTILO PASIVO
Este estilo me lo conozco muy bien, mi tendencia es bastante pasiva y ejercitar la Asertividad me ha ayudado muchísimo en todos los ámbitos de mi vida.
El estilo pasivo es como cuando nos sentimos menos frente a alguien o frente alguna situación.
Podemos ser empáticos con los demás, pero con temor al conflicto o a la crítica por parte de otros: lo que nos lleva a la evitación y a no defender los propios derechos frente a los demás, poniendo los intereses de otros por encima de los propios.
ESTILO AGRESIVO
El estilo agresivo, por el contrario está relacionado con una sensación de rabia, a veces perdemos la perspectiva y vemos solo lo que nos duele a nosotros sin tener en cuenta la intención del otro o lo que siente.
Es decir, de forma opuesta al pasivo ponemos nuestras necesidades y derechos por encima de los demás.
ESTILO PASIVO-AGRESIVO
Otro estilo No-Asertivo sería la mezcla de estos dos últimos: El estilo “Pasivo-Agresivo”.
Este estilo se caracteriza por la no exteriorización de lo que se piensa y resentimiento interior.
Solemos evitar el conflicto directo y manifestamos la agresividad de forma más sutil o indirecta: recurrir a sarcasmos, indirectas, o comentarios irónicos sin llegar a abordar directamente el tema “como quien no quiere la cosa”. También se puede manifestar desidia o desinterés encubierto, o “boicotear” como si fuera sin intención.

ESTILO ASERTIVO
En el estilo asertivo las personas defienden sus propios derechos respetando las necesidades y derechos de los demás. Son empáticos, honestos y con una entrenada escucha activa, su finalidad en el diálogo es llegar a un acuerdo, no les interesa “ganar por ganar” y afrontan los conflictos buscando una solución.
Parece algo mágico, pero no lo es, aunque igual que la magia requiere de mucha práctica.
Si te apetece, unos de los pasos o de las Ecuaciones para poner en práctica la Asertividad podrían ser estas, teniendo en cuenta que "No solo es lo que dices, sino cómo lo dices":
Esta primera suele ser útil cuando existe una cercanía sentimental entre los interlocutores, cuando intuimos que el daño es indirecto y de forma inconsciente, pero nos afecta y deseamos resolverlo sin llegar a faltar el respeto o a entrar en conflicto.
Se utiliza, sobre todo, para aclarar situaciones que se vienen repitiendo desde hace algún tiempo.
El esquema de respuesta sería:
Cuando tú haces/dices… + (Descripción, sin condenar ni criticar, del comportamiento del otro).
El resultado es que yo/ Lo que a mí me ocurre… + (Descripción objetiva del efecto del comportamiento del otro).
Entonces, yo me siento… + (Descripción de nuestros propios sentimientos).
Preferiría/ Que te parece si… + (Expresión de lo que se quiere del otro).
Otra fórmula más encaminada a situaciones más profesionales podría ser esta:
Reconocer y verbalizar tus necesidades, derechos...
Reconocer y verbalizar las necesidades, derechos... del otro. (Pon en práctica tu empatía).
Buscar y verbalizar un beneficio en común.
El paso uno y dos podemos variarlos en orden, lo importante es reconocerlos y nombrarlos, y sobre todo, no olvidarse de encontrar el beneficio en común para iniciar la negociación, puede ser tan "sencillo" como que haya buen ambiente.
Aquí te dejo un cuadro para identificar mejor los estilos.

Tras estas cuatro notas, si tú o tu equipo, deseáis conocer más sobre la Asertividad y como ejercitarla en el día a día, encantada de facilitarte el camino de una forma lúdica, sencilla y efectiva para incorporarla en tu cotidiano. ¿Jugamos?